viernes, 7 de agosto de 2009

LA VERDADERA AMISTAD

No cabe duda que una verdadera amistad requiere de la presencia de Dios. Necesita amor, alegría, paz y bondad, cuatro valores que se suscitan y se sostienen por la fuerza del Espíritu Santo, pues sin Él, todo se queda solamente en bonitas ideas. Por lo tanto, se necesita invocar su ayuda, pedir su gracia y dejarla actuar libremente. Por la amistad es posible construir una sociedad mejor.
La verdadera amistad es algo tan grande que tiene el poder de hacer desaparecer las sombras de la tristeza, por lo cual urge que los amigos cristianos sean misioneros de la alegría. No cabe duda que el Amigo por excelencia es Jesús y Él es también la fuente de la alegría.

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